
En la última semana ha habido mucho movimiento en torno al caso de las interceptaciones telefónicas. La analista de sistemas, Giselle Gianotti, fue llamada a declarar a la fiscalía de la nación para hablar sobre los audios perdidos, relacionados al ex ministro de salud Hernán Garrido Lecca.
¿Pero como comienza esta historia? ¿Todos la conocen? Como ingresan a la historia, periodistas, ex políticos, políticos y personajes que nunca habíamos conocido. ¿Y como hasta el momento no podemos encontrar responsables directos? Son tantas preguntas que para algunos ya están respondidas pero que si hacemos una encuesta veremos con gran sorpresa que no todos están enterados del tema y de la verdadera historia que se tejió en torno a este caso.
Pues la historia comienza en uno la redacción, mejor dicho en la dirección de investigación de uno de los periódicos más reconocidos de nuestro país, El Comercio. El periodista que tuvo a cargo la investigación estaba a cargo del periodista Pablo O Brian quien por medio de un contacto tenía acceso a las conversaciones relacionados a arreglos entre empresarios y altos funcionarios del estado. Estos arreglos no eran cualquier cosa, eran temas importantes como el arancel del cemento, pozos de petróleo entre otros.
Pero cuál era el delito si estos temas que son tan importantes para nuestro país, en cuanto que hay una inversión por parte de empresarios extranjeros, en algunos casos y por último se garantizaba el crecimiento de la economía. Aquí fácilmente podríamos entenderla como la jugada en el juego de ajedrez, la de adelantarse a la jugada del otro para ganar el juego, solo que en este caso te cantaban la jugada del otro por un precio.
Según los audios, el lobista Rómulo León, les cantaba a los empresarios la información, que les permitiese anticiparse a la jugada para de una manera asegurar el dinero que querían invertir. Inversión que no es mala para el país pero los medios por los cuales se consiguió no son precisamente los adecuados. La manipulación y el abuso del poder no es el mejor camino para la inversión peor cuando los intereses ya no son solo del país sino se vuelven personales.
Hasta el momento no se ha probado nada a Rómulo León porque no existe ningún documento o algo que acredite que lo que se escucha en las conversaciones haya tenido no solo un fin nacional sino pecuniario para los actores. Es decir que tanto los políticos implicados como León hayan recibido un favorcito o un dinero por las negociaciones. En todo caso el que lo tiene difícil en este tema es el congresista y ex presidente del consejo de Ministros, Jorge Del Castillo. Hasta aquí no hay que olvidar que la acusación la hace la misma que monto todo el circo mediático, Giselle Gianotti, de acusada ha pasado ser acusadora.
Ahora ¿Por qué entonces se quedo el caso con el nombre de petroaudios? Pues porque los audios que se hicieron famosos fueron aquellos que se publicaron en el canal 4, en cuarto poder donde la discusión era los pozos petroleros y no la investigación del cemento que al día siguiente se publico en el Comercio.
¿Por qué se investigo mal? Pues las respuestas aun no son de todas respondidas, entre ellas la principal, quien mando a publicar. Lo único que se sabe hasta el momento es que son muchos los audios que involucran a muchos políticos. Parece que hemos vuelto a ese periodo de Vladimiro en el que todos tenían sus videítos. Es así como Cesar Hildebrant ha publicado esta semana en su semanario, la conversación de Don Bieto con el director del Comercio, medio que fue el que tuvo la información desde el principio y que quizás no supo manejarla…. El tiempo dirá que fue lo que paso realmente.